VITALIC NOS CONTROLA

Cada vez tengo más la impresión de que Pascal “Vitalic” Arbez conoce y controla la psicología del fan. En una de las últimas imágenes promocionales se le ve manejando una marioneta y tengo la extraña sensación de que esa imagen es una metáfora de lo que realmente hace el francés: controlar nuestros movimientos.

Esperar cuatro años para hacer otro disco de estudio es harto arriesgado en los tiempos que corren. Sin embargo, Vitalic sabía que su ópera prima Ok Cowboy (2005) gozaba de la calidad suficiente como para seguir estando presente en la discografía imprescindible de los que amamos la electrónica. Consciente de la ansiedad que creaba en los fans, se sacó un disco en directo de la manga. V Live (2007) decía algo así: si me amáis, venid a mi directo porque no vais a tener disco nuevo hasta 2009. Y eso hicimos los fans, reventarnos los tímpanos, acabar extasiados y acrecentar las ganas de que llegara el segundo disco de estudio.

Con el síndrome de abstinencia engordado al máximo, Vitalic nos ha cocinado Flashmob, la heroína de mejor calidad. Trece cortes hilados entre sí para escuchar en conjunto en el que el productor francés vuelve a meterse en nuestra mente, a controlar nuestra psicología como lo hizo con su primer disco. La única diferencia: Vitalic parece haberle hecho un pequeño guiño al disco más clásico, ganando en calidez. Si la melodía de See de Sea (Red) suena a bienvenida, la contundencia de Poison Lips confirma que lo que vendrá después será sinónimo de placer. Con el tercer track ya ni puedes pensar, sólo notar cómo te falta el aire en los pulmones y un escalofrío recorre tu columna. En ese momento el disco se relaja, baja el ritmo, para ir intercalando dosis exactas de esa contundencia que hace a Vitalic tan especial. Estamos hablando de Teminator Benelux o Chicken Lady, que vuelven a despertar nuestro sentido del ritmo más primario. Your Disco Song es otro ejemplo de cómo jugar con las melodías y los sentimientos, pues el final del disco está cerca y nadie quiere acabar en medio de un subidón, pero sí con una sonrisa en la cara.
No sabemos todavía si tendrá la persistencia en el tiempo que tuvo Ok Cowboy, pero sí sabemos que Flashmob dará lugar a muchas sonrisas, sudores fríos, calambres en la columna vertebral y resoplidos, además de las consecuentes ganas de que llegue el tercer disco de estudio. Mientras tanto, Vitalic nos controla. Y a nosotros nos encanta.

T. Mónica Franco

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