VINO, MORDIÓ Y TRIUNFÓ

Como bien pronosticábamos la película triunfadora de ayer fue New Moon. Las colas para ver apenas dos escenas de la segunda entrega de Crepúsculo eran interminables. Hubo gente que fue con sus silla plegable y su manta para pasar allí la noche antes y ser uno de los elegidos para hacerse con una entrada gratuita que le diera acceso a este avance. Pero si ya los gritos y las fotos empezaron cuando las adolescentes se hacían con la entrada, la histeria ya se desató cuando Jamie Campbell Boxer apareció por la alfombra roja derrochando la simpatía propia de un actor que sabe en el fenómeno en que se ha metido y firmó autógrafos y se hizo fotografías con casi todas las que estaban deseando tocarle. La proyección no pudo ir mejor, 1.400 personas en la sala completamente entregadas y que no dejaban de aplaudir, no sólo al final, sino en casi cada escena en la que aparecían los protagonistas.

Pero el festival dio más de sí. Paul Solet se acercó a Sitges con su aspecto macarra para presentar “Grace” un film que narra la historia de una atormentada embarazada que pierde a su hijo en un accidente, pero que aun así espera hasta darlo a luz. A partir de allí, la trama da un giro, para algunos, sorprendente. Sin querer desvelar mucho, diré que es otra película de vampiros, que al igual que la película presentada ayer por Park Chan-wook, no camina por las convenciones del genero, aunque una vez pasada la sorpresa principal pierde fuelle, por lo que se centra en unas imágenes de difícil digestión. Pese a todo, parece que una parte importante del público y de la crítica quedó satisfecho con la historia de esta madre torturada.

“Canino (Dogtooth)”
siguió dividiendo al público, pero esta vez por sus pretensiones. La película del griego Yorgos Lanthimos abusa de los planos fijos para dar trascendía a lo que está contando: cómo un padre aísla a su mujer y a sus hijos en casa, encerrándolos y engañándolos sobre la realidad exterior, sexo, violencia física y psicológica presentados desde una visión de lo más dura hacen su visionado un tanto difícil, por su crudeza y por sus ínfulas.

La controversia terminó por la noche con “Pandorum” de Christian Alvart (“Expediente 39”). El cineasta se sumerge en la ciencia ficción y presenta un futuro algo pesimista para el ser humano que tiene que salir al espacio a buscar una vida mejor, debido a la sobrepoblación que vive la Tierra. El problema es que durante la mudanza, surgen los problemas y algunos tripulantes de la nave se encuentran con unos pasajeros algo violentos y que desconocían por completo., y es que todo el mundo es capaz de soportar un viaje de más de 900 años. El director intenta contar como el hombre reacciona ante situaciones extremas, como las afronta y reacciona, pero es una lástima que el sistema de la industria del cine deje este punto demasiado de lado para presentar algo parecido a “Alien” y que se queda en el camino.

T. Joan Colás

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