MORANTE, HECHO A SÍ MISMO

De la misma manera que corta e hilvana sus trajes, cada día más demandados por el proceso artesanal que conllevan, Juan Carlos Rodríguez Morante construye su vida sin más intención que la belleza misma.

Esteticista hasta la extenuación imagina un día perfecto, siempre en domingo y con olor a flores frescas, de fondo ‘All about Eve’ de Mankievich o ‘Interiores’ del inefable Woody. La compañía, tan quimérica como apetecible: Francis Bacon, Bette Davis, Balenciaga y JD Salinger. ¿Una fiesta de talento en el más allá? No, Morante si destaca por algo es por su derroche de juventud y fascinación.

No quepa duda de que ha llegado para quedarse… En un panorama que aboga por la posmodernidad ha decidido tomar partido en aquello que se presupone bien hecho (presume de no vestir a nadie que no haya medido para tal fin). El buen hacer como paradigma y la sastrería de toda la vida como modus operandi: «El gran público tiene todas sus necesidades bien cubiertas , trabajar para un sector de mercado concreto y a medida facilita que te sientas correspondido con tus clientes y ellos contigo, aunque quizá lo más importante es que esto te hace crear desde la nada, con un pie en el suelo» Franca Sozzani, directora de Vogue Italia, lo seleccionó como finalista en ‘My own show’ y lo convirtió, pese a muchos, en un talento a seguir muy de cerca en la moda española.

Aún él no puede olvidar cómo ella lo miró a los ojos y de que forma agradeció su presencia. Serán bastantes los que tengan que darse cuenta de esto en el panorama parco y patrio en el que vivimos; apostar por el talento con mayúsculas no es más que una necesidad de luchar por el futuro. Ni con esas, Morante se atreve a renegar de sus raíces: «Es derrotista decir que Madrid se queda pequeño, yo no me imagino viviendo ni luchando en otro sitio para conseguir mis metas» Puestos a jugar con la quimera imaginemos una semana en la que siete días son domingo, nuestro sastre tiene un metro entre las manos y Holden Caulfield se atreve a dejar volar la imaginación del creador.

Evidentemente huele a flores frescas y aquel personaje de Salinger tendría traje nuevo para correr entre el centeno salvando a los niños de su caída al precipicio. Morante, por su parte, habría cumplido un sinfin de sueños y la quimera, por una vez, habría estado al alcance de las manos…

T: Juan MG Moran
Rocket Magazine Madrid
F: Markus Rico

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Journalist Editor in Chief and Founder of Rocket Magazine Barcelona Menswear Fashion since 2008

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