ANTHONY GORMLEY

El antiguo colegio de San Ildelfonso, ubicado en el centro de la Ciudad de México, fue dónde Anthony Gormley eligió exponer sus esculturas, respetando e interpretando al espacio como su protagonista principal.

La exposición fue sencilla, fácil de digerir, como aquel cuarto de forma rectangular, forrado con rebanadas de pan y acomodados estratégicamente formando hileras como si fueran bloques, sorprendentemente calculados con las mismas separaciones, la obra titulada con el sencillo nombre de “Bread room”, 2008.

En el centro de la explanada del antiguo colegio tipo colonial, estaban instaladas unas estructuras de acero cuadrado blando, formando una escultura gigantezca, algo parecido, a un panal, con formas, hexagonales y trapezoides irregulares “The firmament”, 2008. Y si mirabas hacía arriba de la misma explanada hallabas curiosamente unas siluetas de unos hombrecillos, que a lo lejos se veían conformados por pequeños palos de acero inoxidable, que parecía observaban desde las alturas toda la exposición y el devenir de la gente que se acercaba a mirar tal estructura, con singular interés “Domain” 2008.

La obra que logra captar más la atención, es un sencillo cuarto oscuro, con 7 estructuras tridimensionales. Simples tubos de aluminio, conformando 7 cubos, de tamaños diversos, pintados con pintura de fósforo que absorbe la luz, y da un efecto fluorescente, te hace sentir que estas entrando en otra dimensión, algo diferente y a la vez espectacular. “Breathing room”, 2006.

Todas estas y otras obras hechas por fibra de vidrio, metales inoxidables, cauchos, plomo, hierros, pan, luces y no luces, nos comunica y enfatiza el artista a través de ellas al espacio, al cuerpo que nos es prestado temporalmente por la masa de materia y que constituye al planeta el cual, de alguna manera, damos forma y conjuntamos.
Todo esto como una visión del artista en cuanto al “estar” como materia y su visión un poco influenciada por sus estudios budistas, las cuales en mi opinión, desempeñan un papel importante en sus obras, aunado a sus estudios artísticos, y el estudio del cuerpo como un lugar de memoria y transformación.

“Podría decirse que existen dos lugares muy discretos o quizá opuestos que corresponden a las escultura. Uno de ellos es el lugar físico: en un paisaje o en un salón, El otro está en la imaginación del observador, en su experiencia y en su memoria. Son igualmente importantes y en muchos sentidos la obra está ahí, a la espera –casi como una trampa al acecho- de que la vida del espectador venga y la llene o la habite. Y luego, una vez ´capturado´ el arte –o su surgimiento- lo habita a él o a ella”.
Anthony Gormley


http://www.sanildefonso.org.mx/expos/antonygormley/obra/room.html


http://www.antonygormley.com/home.html


T. Gabriela Tecalco
Corresponsal México

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