A modo de prueba de resistencia para los oídos no experimentados, Shaking The Habitual funciona como recordatorio: The Knife nunca ha pretendido ser un grupo accesible; y el ejercicio esta vez carece de concesiones.
Un oído acostumbrado a la electrónica no protestará por la duración de los temas del nuevo disco de The Knife, quizás demasiado largos para funcionar como sintonías pop. Ciertamente la fórmula resulta correcta llegado el punto en el que el dúo sueco parece haber desertado de la estructura tradicional de estrofa y estribillo. Sus nuevas canciones evidencian además la placentera colisión entre los trabajos en solitario de estos dos cerebros adelantados: la ritualidad de Fever Ray y las pulsaciones de Oni Ayhun.
Con franqueza podemos afirmar que la escucha de Shaking The Habitual no es un ejercicio fácil. La aventura puede llevar a la fascinación si es tomada como una exploración y se olvida la búsqueda constante de puntos de referencia. Pareciera que el grupo ha ido entrenando a sus oyentes para este trabajo. Musicalmente, como podíamos intuir en Silent Shout (2006) y por supuesto por la música para la ópera sobre Charles Darwin recogida en Tomorrow, In a Year (2010), The Knife han optado por la subliminalidad. Líricamente podemos advertir el anclaje del grupo a los temas que enmarañan la sociedad contemporánea, y una búsqueda consciente hacia la colisión.
Wrap Your Arms Around Me es hercúlea y colosal, casi como un ritmo de marcha del imperio romano. En general el grupo estira la fórmula distorsión más multipercusión hasta cotas regias e inquietantes, como en Tooth For An Eye, o Full Of Fire, conformada por anfetamínicas trenzas de música techno. Old Dreams Waiting To Be Realized es como mirar dentro de un enchufe (durante 19 minutos). Y por supuesto A Cherry On Top, pasivo manjar multisensorial, una canción de espera. La cacofonía en el oído de una víctima de accidente de coche, si aguzas el oído podrás percibir como se aproxima la ambulancia, pero la que llega es Karin que de forma gutural recita unas escasas líneas confortantes.
La segunda parte del disco, aquella a la que accedes si has salido triunfante de los 19 minutos mirando a través del enchufe, despide aroma Oni Ayhun, el proyecto en solitario de Olof Dreijer, la otra parte en cuestión. Networking suena a orgía electrónica para la era de la sobreinformación, y en Fracking Fluid Injection todo se resuelve a arañazos. Stay Out Here, el momento de las colaboraciones, suena a ciencia ficción, pero se torna tediosa y aburrida.
Los temas se suceden de forma esquizofrénica entre las pistas de pop transgénico y una serie de recorridos plúmbeos que requerirán de nuestra paciencia, pero que acentúan la genialidad de esta obra de expresionismo abstracto gestada desde la insatisfacción. Nadando entre el futurismo y lo primitivo, temas como Raging Lung o Ready To Lose nos remontan al descomunal The Dreaming (1982) de Kate Bush. Y al igual que la inglesa, Karin Dreijer Andersson regurgita con maestría y nos muestra una flexibilidad vocal sin rivales. La introspección y los campos musicales inexplorados pueden resultar abrumadores, pero en las correctas manos terminan tornándose en algo inmenso.
Shaking The Habitual sale a la venta este lunes 8 de abril.
T: James McSherry
Rocket Magazine Barcelona
httpv://www.youtube.com/watch?v=W10F0ezCTIQ