#MDNA THE CRITIC

MDNA es el nuevo disco de Madonna, tras los cuatro años de dura digestión de Hard Candy. Máxima expectación y cierto recelo ante la aparente despreocupación de la cantante por cultivar su reciente catálogo musical.

MDNA es un regreso comedido, brillantemente construido, pero que flaquea en la observación minuciosa de cada canción por separado. Ya desde que le damos al play y comienza Girl Gone Wild, desmerecido segundo single, con guiño a Act Of Contrition incluido, adivinamos que el juego esta vez es considerablemente menos complejo. Le sigue el electro sucio de la teatral Gang Bang. Algunas críticas hablan de la inexpresiva voz, aunque lo cierto es que el tropiezo de la canción no es su voz, de matices rugosos y que acaba teniendo su gracia. El tema resulta excesivamente lineal e insistente. En estos primeros temas Madonna básicamente se pierde entre la eufórica sobreproducción. De algún modo, con I’m Addicted logra el punto álgido; tritura pistas y un laborioso ejercicio de corta y pega que termina por ensombrecer su voz, que a ratos, y por primera vez, empezaba a sonar en su sitio.

Con Turn Up The Radio Madonna cambia el registro. Su voz suena dulce y aniñada, lo que le aporta un sentimiento optimista, e inevitablemente remite al verano. El tema es sencillo, quizá demasiado genérico. Una canción preparada para sonar en la radio, con lo bueno y lo malo que eso conlleva. Le sigue la guasona Give All Your Luvin’, donde Madonna se pitorrea, sobre una juguetona línea melódica, de las invitadas de turno: Nicki Minaj y M.I.A. Astutamente le sigue Some Girls, en la que nos reitera que no es como el resto de las chicas. La canción empieza desafortunada, en un intento por sonar urbana. No tarda sin embargo en recomponerse. La canción acaba mutando en la característica canción electrónica de Madonna, ¡Gracias William Orbit! Aunque se resuelve envuelta en una sobreproducción innecesaria.

Con Superstar empieza a decaer la sucesión de temas. Esta canción es lo más ñoño que ha hecho Madonna desde Cherish. Se acompaña de un aire de banda pop-rock que suena demasiado enlatado, lo que le resta frescura. Martin Solveig apretuja después I Don’t Give a en una producción demasiado noventera para que pueda sonarnos próxima, lo que decolora la letra, que es franca y espontánea.

Tras los tropiezos, el disco toma nuevo rumbo y da comienzo la porción de MDNA marcada por la mano de William Orbit, colaborador de referencia de Madonna. I’m a Sinner se torna en una entretenida postal del pasado: guitarreo Ray Of Light o el jugueteo pop de Beautiful Stranger. En seguida empieza de forma orgánica Love Spent, hasta su metamorfosis en gema metálica y que, con inteligente giro final, acaba siendo de lo mejor de la colección. Y para la clausura Madonna reserva las baladas; claro que da un poco de miedo decir algo sobre una canción ganadora del Globo de Oro. No nos engañemos, Masterpiece no es soberbia, y la producción no suena demasiado acertada. Pero Madonna suena profunda, el ensoñador eco en su voz y los arreglos de cuerda acaban haciendo que sea una canción memorable. Falling Free tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de esos baladones horteras. Madonna suena sincera y penetrante. Ciertamente a la melodía le falta el momento culminante, pero el regusto vintage acaba por salvarla. Concluye acústica, muy bonita.

Los temas extra de la edición deluxe de MDNA no merecen ser obviados. Beautiful Killer suena festiva y muy ochentera. Destaca I Fucked Up, lo que quizá sea el momento más personal del disco. Sutilmente camuflada de medio tiempo es la canción más honesta del repertorio. Y luego nos encontramos con el codazo infantil de B-Day Song, experimento lo-fi de Madonna y M.I.A; todo suena aquí en su sitio, no por el contrario en la recomendablemente evitable Best Friend.

Las canciones de MDNA se suceden en un agudo degradado; desde los golpes de club oscuros del inicio, el desenfadado jugueteo de los temas centrales y los cortes sinceros que rematan el conjunto. Incuestionablemente Madonna suena más concentrada que en anteriores ocasiones, aunque en general el enfoque carece de espontaneidad, fruto de una concepción global de su carrera en estos días que destaca por estar meticulosamente programada, y que le resta la naturalidad de sus primeros días.

MDNA sale a la venta este lunes 26 de marzo.

T: James McSherry
Rocket Magazine Barcelona

critica2

Journalist Editor in Chief and Founder of Rocket Magazine Barcelona Menswear Fashion since 2008

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