LOS 70, CAMERON Y EL 3D

Los 70 y Cameron vuelven para salvar al cine

Cuando las salas de cine parecían tener los días contados, Hollywood ha vuelto a sorprender. Si la gente no ve necesario salir de casa para disfrutar de un sonido envolvente y de unas imágenes impactantes, no pasa nada. “Esto es Hollywood, nena” siempre encuentran una solución. La industria ha mirado al pasado para impulsar el cine del futuro. Y este se mira con unas gafas.

Explicación: Corrían los años 70 cuando el cine se vio amenazado por la aparición del VHS y decidió ofrecer a los espectadores unas gafas bicolores para poder ver las películas en tres dimensiones. Al principio parecía funcionar, pero cuando la gente se quitaba sus nuevos complementos acababan más mareados que en la fiesta de la cerveza.

Pues bien, ahora la industria cinematográfica se encuentra con el reto de las descargas ilegales de películas (las legales tienen un público creciente pero aún escaso). Y como están de moda los remakes nada mejor que desenterrar el cine 3D. Películas como Pequeños invasores” y Shrek lo probaron, pero han tenido que ser dos personalidades de renombre quien le dieran el impulso definitivo.

Uno de ellos ha sido Pixar Studios. Su nueva película, Up, ha llegado a las salas de todo el mundo y ha sorprendido, no se trata de una montaña rusa donde lo más importante es hacer salir las cosas de la pantalla, sino que nos cuenta una historia interesante con el aliciente de ofrecernos arte animado, con un cuidado detalle de la profundidad de campo. Y ya han anunciado que mientras trabajan en “Toy Stoy 3” en 3D ofrecerán a los espectadores de volver a ver “Toy Story” y “Toy Story 2” en el mismo formato.

Pero sin duda ha sido y será James Cameron (Titanic) quien se va a llevar todo el reconocimiento. Doce años lleva trabajando en “Avatar”, un film completamente pensado en 3D, donde la imagen por ordenador está tan trabajada que parecen de carne y hueso. Su textura, su tridimensionalidad, sus cuidados detalles, su espectacularidad, el detalle cuidado el máximo y el largo y laborioso trabajo del cineasta y su equipo han convertido a esta película en todo un fenómeno antes de su estreno. La expectación es tan elevada que la productora decidió avanzar 15 minutos de metraje en selectas salas de todo el mundo gratuitamente. Y la respuesta fue apabullante. Entradas agotadas en cuestión de minutos con unas reacciones entusiastas, al menos en lo que respecta al aspecto técnico del film. Esto no ha hecho más que aumentar las ganas de ver una película que promete pasar a la historia por presentarse ya como el cine del futuro.

Mientras tanto siguen llegando productos de dudosa calidad como “Un San Valentín Sangriento 3D” y otras que se avecina que lo único que intentan es impactar al espectador y asustarle. El problema es que el susto no lo genera tanto un excavador asesino con un pico sino el miedo a pensar que esta vuelta a los 70 puede traer muchas películas que sólo ofrezcan una técnica del siglo XXI estudiada y desarrollada al milímetro que impacte visualmente pero con una historia tan vacía que deje indiferente al espectador. Lo que puede generar una nueva desilusión para este que le lleve a desconfiar aún más del cine.

El futuro, en 2 o 3D está por ver, mientras tanto “In Cameron (and Pixar) we trust”

T. Joan Colás

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