Termina el 2010 y estos dias las redacciones de las revistas de tendencias seguro que són lo mas parecido a un debate de Telecinco a la hora de elaborar las listas de lo mejor del año.
Desde Rocket Magazine hemos querido dar un vistazo en forma de “abecedario” a lo más interesante del 2010 a nivel musical y sucedáneos. Aquí viene la segunda parte.
Olympians. Aunque en formato álbum salió en el 2009, el single en cuestión apareció en marzo del 2010. Hablamos del maravilloso tema de Fuck Buttons, una oda de techno progresivo de tintes épicos, melodía de aires «Jarre» y capas de ritmos saturados que explotan en un estribillo de auténtico trance con el que alcanzar el nirvana con la mente, sin aditivos adicionales. Dan ganas de querer escalar una montaña.
Post-Dubstep. Como ya comentábamos en el anterior apartado sobre Magnetic Man, este año ha sido el de la consolidación popular del dubstep como último nuevo genero de la electrónica, y el de la expansión del mismo hacia nuevos horizontes que conquistar por parte de una hornada de jóvenes productores que han tomado la iniciativa a la hora de rizar el rizo al género. Si el punto de partida eran los sutiles ritmos sincopados y la tradición del jungle a baja velocidad, ahora todo ha mutado al colisionar con otros géneros como el garage, el pop, el sonido Bristol… Así que lo mejor es indagar en la red y seguir de cerca a nombres como Untold, Numbers, Shackleton, Scuba, Martyn, Darkstar, Mount Kimbie o James Blake. Hay cantera.
Química. Es la que parece haber recuperado Ed Simons y Tom Rowlands, o lo que es lo mismo, The Chemical Brothers. Cuando todo parecía indicar que vivirían de las rentas del «big beat» que les hizo famosos en los noventa, reaparecieron en el 2010 con un álbum de estudio («Further») y una espectacular puesta en escena en el pasado Sónar a base de electrónica psicodélica y techno progresivo.
Robyn. Para quien no lo sepa Robyn es una cantante sueca que opositaba a reina del pop europeo cuando uno todavía no se afeitaba, y que decidió este 2010 reaparecer con tres discos que se llamarían Body Talk (Part 1, Part 2 y Part 3). De momento ha publicado dos (el tercero está al caer) y en él colaboran gente como Röyksopp, Snoop Dogg o Diplo, rubricando temazos como «Dancing on my own», «Dancehall Queen» o «Indestructible». Que-lo-se-pas.
Shakira. Vaya por delante mi poca simpatía hacia la cantante. Yo soy de los que piensa que su timbre de voz se parece al de Pepe Viyuela cuando se hacía un lío con la silla (los muy jóvenes o despistados consulten Youtube). Pero lo cortés no quita lo valiente, y la colombiana lleva dos álbumes de notable alto que son una fuente inagotable de «hits» con una producción que, la verdad, no está nada mal (incluso el Waka-Waka tiene una buena base si obvias el estribillo infantil). Además tiene guiños al mundillo «indie», como esa versión de The XX («Islands»), o el cameo de Dizzie Rascal en la hiperbailable «Loca». Si hasta Hot Chip versionan «She wolf» en sus directos…
Twitter. La vida en 140 caracteres, microblogging u otros vocablos sirven para definir esta red social que cada día tiene más adeptos. Su funcionamiento no puede ser mas simple y a la vez mas complejo: sigue los Twitters que consideres interesantes, y otra gente seguirá el tuyo por lo mismo. Bueno… más o menos. Nunca la distancia de separación entre tus «ídolos» y sus fans había sido tan corta. Así, en Twitter encontramos gente como Lady Gaga que va twitteando su gira MonsterBall Tour, jugadores del Barça como Piqué o Puyol que compiten con sus árboles de navidad, Puff Diddy repartiendo fe cristiana entre sus seguidores, o Terry Richardson que cuelga fotos a diario. Algunos pueden agotar, es el caso de Terror Danjah, productor dubstep que «twittea» cada dos minutos, o Paris Hilton, por la falta de contenido que no de continente. Otros personajes son fuente inagotable de noticias. Y otros, anónimos, enlazan a contenidos interesantes o divertidos. Mención a parte la típica despechada que twittea una ruptura, un clásico. «Reality bites».
Ufff! Suerte que han inventado Spotify! Ante tal avalancha de grupos, discos, estilos…y la poca liquidez económica fruto de la crisis mundial (que impide una gran inversión mensual en discos) alguien con un poco de imaginación tenia que inventar un sistema para que usuarios y artistas pudieran beneficiarse mutuamente sin que nadie saliera perjudicado. Porque, como ya hemos dicho, los discos son muy caros para comprarte mas de veinte al mes, y porque descargar y hacer el pirata almacenando gigas de música en el disco duro ni es ético ni es elegante ni tampoco demasiado práctico. Spotify es la solución a todo esto: una especie de Itunes global para poder escuchar cualquier disco en formato streaming a cambio de discreta publicidad o de un módico precio en su versión “Premium”. Esperemos que a la larga siga siendo rentable para todos. Que gusto escuchar casi cualquier disco a golpe de clic…
Virgen. O eso es lo que nos hizo creer… El 2010 también será recordado por el cambio radical de Hannah Montana a Miley Cirus o, cómo diría Julio Iglesias, «de niña a mujer». Estupefactos se quedaron muchos padres que acompañaban a sus hijas a ver el concierto de su ídolo en el pasado Rock in Rio de Madrid, y se encontraron con una “Lolita” que seguro que perturbó sus sueños más húmedos al estilo Kevin Spacey en American Beauty. La maquinaria de Disney no deja de fabricar estrellitas que se van reciclando según la demanda y evolución de su público, y para hacerlo no dudan de tirar hasta de pequeños escándalos sexuales, como las filtraciones de unas sugerentes fotos de la cantante… Bendita edad del pavo.
Witch House. (o «drag-electro» o «haunted disco»). Es uno de los estilos musicales que nos deja este 2010, y que seria algo así como jugar a la güija con sintetizadores de bajo presupuesto. Voces espectrales, bases hip hop ralentizadas, espíritu shoegaze y nebulosa ambient son los ingredientes de tal tenebrosa etiqueta. Salem, sus máximos representantes (ojo que en el 2011 hacen doblete en Primavera Sound y Sónar), y el resto de grupos que dan sentido a esta microescena tienen nombres tan esotéricos o irreproducibles como oOoOO, ///▲▲▲\\\, ℑ⊇≥◊≤⊆ℜ, †‡† o GR†LLGR†LL. Miedo me dan.
Xx’s (the). Aunque su álbum de debut apareció en el 2009, fué en 2010 cuando su popularidad subió como la espuma, gracias a su oscura, personal y austera visión del pop, y también gracias a directos como el del pasado Primavera Sound. Mientras no paran de recoger premios, sus jóvenes integrantes intentan no perder el contacto con la producción, como es el caso de Jamie XX que le acaba de remezclar a Gil-Scott Heron su humeante «NY is killing me».
Youtube. Al final, la revolución no será televisada, pero seguro que la podremos visualizar por fragmentos en Youtube. El portal de vídeos más famoso del mundo ha albergado más de 13 millones de horas de vídeo durante todo el 2010, es decir, una cantidad equivalente a 1.500 años, y se han visualizado más de 700.000 millones de clips. Cifras de vértigo para una web que se utiliza tanto para informarse, como para ver videoclips, como para perder horas y mas horas de tiempo visualizando videos absurdos de freaks de todo el mundo. Mi favorito de esta temporada: «Hey, Baby! (Original Upload) by Komikero» (un hombre que practica su mirada seductora frente a cámara…).
Zola Jesus. El reverso al barroquismo y a la explosión de colores que representa Lady Gaga lo hemos encontrado en Zola Jesus, grupo de Nika Roza Danilova, una joven de veintiún años que con su último disco Stridulum II se postula como digna heredera de Lydia Lunch o Diamanda Galás. Voces de terciopelo, estética esotérica, frío invernal, letras desgarradoras, romanticismo gótico y dolor, mucho dolor, es lo que podemos encontrar en el universo de Zola Jesus. Y para hacerse una idea aproximada de todo esto, nada mejor que visionar su videoclip «Night».
T: David Moreno
Rocket Magazine Barcelona
