El pasado 16 y 17 de abril se daban cita en Murcia algunos nombres ya reconocibles dentro de la moda española.
Durante dos días se llevo a cabo la que fue la IX edición de Pasarela Abierta, una llamativa propuesta nacida hace nueve años en la cual se busca premiar la creatividad y dar a conocer jóvenes talentos patrios al mismo tiempo.
Los que asistimos con una cierta idea de antemano sobre lo que allí íbamos a ver ya aventurábamos los nombres que la primera tarde y la segunda iban a sonar fuerte. Y digo lo de “con cierta idea” ya que en esto de las pasarelas, y sobre todo si las tildamos de autonómicas, muchas veces se peca de invitación por doquier y reunión de amigas frente al catwalk, más que fomentar un verdadero interés por la moda en sí misma.
Viernes tarde, Morante y la tenue luz– demasiada – tomaban la pasarela con su superlativamente perfecta sastrería formada a base de buenos materiales, es decir, telas con denominación de origen. Una colección en la cual vimos salida tras salida diseños ceñidos en la cintura que jugaban con volúmenes en el torso masculino. No pasamos por alto los cuidados detalles en todos y cada uno de los looks o el sangrientamente rojo traje que hizo las delicias de los allí presentes.
Al día siguiente el pistoletazo de salida fue el desfile de “Almacén de ideas”, un nombre un tanto mediocre para englobar a los cinco diseñadores que mostraron su trabajo y optaron al premio a mejor colección dentro de esta categoría. Pero bueno, hagamos la vista gorda…El ganador: Luis Manteiga, quién jugando a la geometría o con trajes armadillo que hacían las veces de auténticas corazas dejó claro que joven y atrevido sí que iban a la par esta vez.
Finalmente y con presencia volcánica de por medio el punto y final, para un servidor, no lo puso el diseñador invitado esta vez – Georgy Baratashvili – quien quedó, como medio mundo, atrapado entre terminales de aeropuertos llevando con él parte de su colección.
Desde el Raval de Barcelona, con un novedoso estampado 3D y terciopelo, CruzCastillo sacó de su particular prêt-à-porter un streetwear de lo más original con cálido espíritu otoñal en tonos tierra y azul eléctrico. Un buen final para esta corta pasarela a pesar de que tras el desfile algunas piezas de Baratashvili pasaran de largo sin más por delante de nuestros ojos.
T+F: Pau Avia
Corresponsal Rocket Magazine
