Llegados al ecuador del festival con ninguna cinta sobresaliente, ayer fue el día en que los directores presentaron sus ejercicios de estilo.
La sección oficial recibió una de las cintas que podrían acabar alzándose con la Concha de Plata, Elisa K de Judith Colell y Jordi Cadena quienes han realizado una película con sus particulares estilos pero que quedan perfectamente cohesionados. En la primera parte de la película, dirigida por Cadena, se narra (con una voz en off adecuada y nada molesta) la historia de una niña que vive feliz con sus padres divorciados, que es buena estudiante y risueña, hasta que un día la violan. Todo contado con una gran frialdad y distancia que huye de cualquier sentimentalismo pero que impacta del mismo o igual modo en el espectador. Después el film da un salto en el tiempo de 14 años (y cambia de director, ahora es Colell) y aparece en pantalla Elisa, ya joven, con un ataque de ansiedad y pánico al recordar el hecho. Aina Clotet está magistral en este cometido, sin parecer sobreactuada y poniendo los pelos de punta al espectador que a medida que avanza el film siente esta sensación de ahogo que ha podido vivir la niña. Y es que el olvido es un mecanismo de nuestro organismo para evitar recordar lo malo, pero cuando este mecanismo falla los problemas pueden estallar con más fuerza y de forma mucho más violenta. Igual que sucede en el resto de los ámbitos de la vida.
Home foro Christmas fue la otra película a competición. Un compendio de historias más o menos dramáticas que suceden durante la noche previa a esta festividad. Un film, pues, visto varias veces en televisión y cine que refleja ciertos aspectos de la sociedad en la que transcurre, bien narrada pero tan simple como parece. Eso sí, ha convencido a un público que suele ser partidario de los finales felices propios de esa época del año. Al menos según esta y la mayoría de películas de Navidad.
En la sección de Zabaltegui se han podido ver Le quatro volte de Michelangelo Frammantino y Principii de viaja (El principio de la vida) de Constantin Popescu. Ambas son películas difíciles, como bien advirtieron los cineastas al inicio de los pases. La italiana trata la historia de un hombre, un perro, un árbol y las cabras, con tintes fantásticos en los que el espectador parece perderse mientras el director intenta hablar sobre el sentido de la vida, lástima que el público no lo ha sabido ver. La cinta rumana ha sido mucho más dialogada y narra la historia de una familia desestructura y el empeño del padre en realizar un último viaje juntos, pase lo que pase. Con un cariño por los gestos cotidianos y un final impactante el público no supo como reaccionar si con aplausos y con silbidos, generando confusión a la salida.
Por último hablar de tres documentales que se han presentado hoy. En la sección paralela Nuevos caminos de la no ficción Isabel Coixet proyectó su pieza Aral, el mar perdido. 25 minutos sobre la desertización del dicho mar, víctima de la avaricia del hombre por querer explotar el algodón que se cultivaba en la zona pero que ha acabado con la vida de todo un pueblo que tiene que sufrir ahora sis consecuencias. Al margen de esta sección se vio The Oath que sigue la vida del chófer de Bin Laden y su cuñado que fueron acusados de terroristas (y el ultimo fue preso en Guantámo) y a los que les ha cambiado por completo la vida. Explican la historia desde su punto de vista sin importar en exceso lo que queda registrado y con un cierto rencor que intranquiliza al espectador.
Pero sin lugar a dudas el documental del día y probablemente del festival ha sido La noche que no acaba de Isaki Lacuesta. El catalán mezcla imágenes de películas de Ava Gardner para retratar y reflejar con un gran estilo y originalidad el paso de la actriz por España, con la participación de distintas personas que compartieron con ella algunos momentos de este periódo. Alejado de las declaraciones cámaras y con una labor de investigación y montaje increíbles, el cinesta pone en imágenes el libro de Marcos Ordóñez Beberse la vida: Ava Gardner en España de manera magistral con humor y nostalgia ya no por esa actriz sino por ese cine de las grandes estrellas que tanto ha aportado al cine actual. Una gran labor que debe verse recompensada.
Hoy será el turno de otro film catalán, Pa negre de Agustí Villarongay dos autores de renombre internacional y de distintas disciplinas y nacionalidades: la coreana Naomi Kawase con Genpin y Bansky con Exit thourgt the gift shop. Esperemos que algunas de estas se convierta en la película que haga recordar esta edición, algo regular, del festival.
T: Joan Colás
Corresponsal Rocket Magazine San Sebastián.
