¿Película denuncia, documental o film de burla? ¿Broma de dudoso gusto o talento interpretativo? Estas preguntas y algunas otras se las plantearon los críticos de la pasada edición del Festival de Cannes al ver la ópera prima de Casey Alffleck, «I’m not here», que mañana llega a nuestras salas.
Todo el mundo recuerda el momento en que Joaquin Phoenix apareció en El show de David Letterman con una enorme barba, con aspecto de borracho/colado y diciendo que abandonaba su carrera cinematográfica para volcarse en lo que le gustaba «realmente»: el hip hop. Tanto es así que incluso se animó a rapear. (http://www.youtube.com/watch?v=giYp58NR1Xs).
Parecía convencido, daba la sensación de que se había metido en una especie de secta de esas que corren por Hollywood, se peleaba con el mundo que le recordaba que era actor y quería renunciar absolutamente de eso. Pues bien, dos años después de ese momento el actor y el hermano de Ben Affleck nos cuentan que todo formaba parte de I’m not there, un film que, según dicen sus creadores «explora hábilmente el coraje y la reivindicación creativa» de un actor que desde hace tiempo se encuentra en la vorágine de la fama.
En ella Phoenix reflexiona sobre como le ha afectado la fama, lo cansado que está de sí mismo y vemos ciertos aspectos que rodean la vida de estrella de Hollywood que en ciertos momentos resulta, realmente, agobiante.
Hay críticos que opinan que se trata de una de las ideas más originales que se han visto hasta el momento, que Phoenix hace una interpretación enorme y que no se ha visto desde hace tiempo a un actor que se juega tanto en una película, ya que se expone a sí mismo, pone su cara, su cuerpo, su fama por un papel: el de Joaquin Phoenix en «I’m not here» (interpretación que no se ha tenido muy en cuenta en la carrera de premios hacia los Oscar, y mucho menos por la Academia). Otros sólo creen que no hay reivindicación alguna y que se trata simplemente de un juego caro en forma de film que ha decidido rodar el hasta ahora actor y director Casey Affleck.
Lo que parece evidente es que la respuesta sólo se puede obtener de una manera: yendo a las salas y verla.
T: Joan Colás
Rocket Magazine Barcelona
