FRANCESCA WOODMAN

Francesca Woodman percibe al arte como una forma de pensar y forma de ser, todo lo que somos es todo lo vivido y esta fotógrafa de Denver (Colorado) lo lleva en la sangre.

Todo tenía influencia sobre ella, los alrededores del poblado Aldella y también los veranos polvorientos que pasaba en una casa antigua en la Toscana. En su legado fotográfico apreciamos mujeres desnudas, casi desencadenadas de su propia naturaleza y posando en momentos atemporales paralelos a cualquier tipo de cultura y sociedad. El cuerpo envuelve nuestras vidas.

Los espacios son misteriosos, ambivalentes entre luces y sombras, deteriorados, desgastados, torsiones corporales como expresiones rotas. Los espacios recuerdan casas de praderas abandonadas que proyectan una fusión con la propia figura humana, acaparándola de tal forma que se convierten en una representación unida sin poder ser descompuesta. Quizás la nostalgia interior de aquello que fue y pudo ser, le dañó de manera inmensurable a la fotógrafa, trastornando su propia imagen como mujer y persona llevándola al escenario artístico.

Entre los escombros encontramos caras aturdidas, solipsista, este individualismo nos hace llegar a los profundos sentimientos de la autorreflexión. ¿Como nos vemos? ¿Qué tipo de personas somos en realidad? El desamparamiento de nuestra condición frágil y débil… El renunciar a la pertenencia de algo, el quedar atrapado entre paredes fracturadas donde todo lo que protege a la persona ya no es una barrera impenetrable, es aquel lugar donde las personas son mas sensibles de lo que pensamos y estamos siendo desgarrados.

T: Leandro Andrea Huerto Cruz

Be first to comment